El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, se negó a firmar el consenso fiscal a diferencia de las 23 provincias del país que lo rubricaron junto al presidente Alberto Fernández. Mientras en sus explicaciones públicas dio a entender que esto lo llevaría a subir impuestos, por el contrario, el documento lo forzaría a cesar con los incrementos que lleva adelante hace cuatro años.

“Asumimos el compromiso con todos los argentinos de no apoyar el aumento y la creación de nuevos impuestos al trabajo, a la producción”, declaró el mandamás porteño. “Eso no quita que la realidad financiera de cada provincia los lleve a firmar el consenso fiscal”, lanzó para procurar no criticar la rúbrica de los pesos fuertes de Juntos por el Cambio en Jujuy (Gerardo Morales), Mendoza (Rodolfo Suárez) y Corrientes (Eduardo Valdés), que además posaron para la foto posterior con el jefe de Estado nacional.

El consenso fiscal establece una convergencia y pone techos. Por lo tanto, lejos de plantear un incremento en las alícuotas, las acota. Esto pone en jaque la estrategia del intendente amarillo que mantuvo una línea discursiva anti tributaria, pero en las acciones realizó exactamente lo opuesto.

A pesar de su discurso a favor de la baja de impuestos, Larreta tampoco cumplió con el consenso fiscal que firmó en 2017 con el ex presidente Mauricio Macri. Para 2020, 2021 y 2022 mantuvo las alícuotas de ingresos brutos y en varios casos las subió, pero en ninguno las bajó.

La Ciudad de Buenos Aires aumentó la alícuota para las actividades de transporte, intermediación financiera y servicios financieros. De hecho, la ley tarifaria aprobada en CABA para el próximo año las mantiene.

Esto viola el consenso fiscal que Larreta firmó con Macri en 2017, cuando su jefe político le impuso para 2022 que el transporte esté exento y que las tasas para la intermediación financiera y servicios financieros se ubiquen en el 5%. Al contrario, la Ciudad llevó a la de transporte al 2% y las otras al 8% para 2021 y el próximo período, compilaron desde el Ministerio de Economía nacional en un documento al que accedió El Destape. Esto se repitió con los servicios sociales y de salud. En este sector, el jefe de Gobierno aumentó el impuesto para 2022, que pasó del 4,75 a 5,0%.

Pero además de aumentar impuestos en los últimos años, Rodríguez Larreta creó nuevos al gravar actividades que anteriormente se encontraban exentas. En primer lugar, el impuesto de sellos a partir del año 2021 comenzó gravar todos los resúmenes de tarjetas de crédito o de compra con el 1,2%.

Este mismo año también comenzó a aplicarle ingresos brutos a los títulos, bonos y letras que emite el Banco Central y las operaciones de pases con el 8%. Esto tiene efectos negativos sobre el resto de la economía al encarecer la tasa de interés de referencia para todo el país.

La Ciudad, con la segunda mayor presión impositiva del país

"El argumento de Larreta es falso", remató Cristian Girard, director ejecutivo de ARBA. Justamente por los incrementos en ingresos brutos en la Ciudad, la ubicó como la segunda jurisdicción con mayor presión impositiva en Argentina. “La Ciudad hoy tiene la segunda alícuota más grande del país”, explicó en FM La Patriada. Al mismo tiempo, señaló que sólo una jurisdicción -de las grandes- subió el impuesto, y esa es la que encabeza el intendente amarillo.

"Paradójicamente es la que no está acompañando la firma de este consenso fiscal con el argumento de que es para subir Ingresos Brutos cuando, en realidad, es la segunda jurisdicción donde hay mayor presión impositiva de ingresos brutos del país; viene Misiones, después la Ciudad de Buenos Aires, muy por encima del promedio, que viene subiendo la alícuota si comparamos 2021 con 2017", dijo el funcionario en TN.

El titular de ARBA explicó que el consenso fiscal "es una convergencia" que no establece "incrementos, sino que los limita". Por lo tanto, señaló que "es falaz el argumento" esgrimido por Horacio Rodríguez Larreta de no adherirse porque será para una suba de impuestos.

"Lo que establece el consenso fiscal es una convergencia y pone techos, lejos de plantear un incremento de Ingresos Brutos lo que hace es limitarlos, a diferencia de lo que venimos observando de 2017 a 2021 que es cuando entran vigencia los consensos fiscales que hoy se continúan", dijo el director de ARBA en declaraciones efectuadas anoche en la señal TN.

Ante ello, señaló que "es una argumentación falaz y una falta de acompañamiento en un contexto muy delicado donde necesitamos mostrar consensos políticos a nuestros acreedores externos, para solucionar una crisis externa que nos ha impuesto un choque muy fuerte para la economía sobre la que se montó la pandemia".

Fuente: El Destape