Pablo Barreiro tiene perfil bajo. Hijo de Ricardo, amigo de la familia Kirchner, tuvo un cargo de extrema confianza de CFK: era uno de sus secretarios privados. Cuando se desató la farsa de las Fotocopias de los Cuadernos el juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli mandaron a detener a su padre. Los medios ya lo habían bautizado como "el jardinero K". Tras la detención, el espía ilegal Marcelo D'Alessio se le acercó para extorsionarlo: le pedía 500.000 dólares y le indicó que debía arrepentirse frente a Stornelli, apuntar a CFK y su  padre salía libre. No lo hizo.

A las presiones de D'Alessio y Stornelli se sumaban operaciones mediáticas que decían que sería detenido, Barreiro habló con su padre preso. En diálogo con El Destape, el ex secretario privado de CFK contó: "Cuando mi viejo llamó desde la cárcel le dije lo que nos estaban haciendo y que querían que se arrepienta. 'Pablo, yo no tengo absolutamente nada de que arrepentirme, así que me quedo acá'. Y eso me quedó grabado. Si el tenía los huevos para estar ahí y bancársela yo tenía que hacer lo mismo".

Barreiro declaró ante Stornelli, que solo quería escuchar que CFK tenía bolsos, plata, que la enterraba en el sur. Stornelli incluso quería las agendas de la ex presidenta. “Mirá, si me traés una agenda de Cristina te invito a mi cumpleaños”, dijo el fiscal. Como Barreiro no se arrepintió no hubo acta ni nada, no quedó registro en el expediente.

Por primera vez, este ex secretario privado de CFK accede a una entrevista periodística, y revela como fue su travesía por los laberintos del lawfare.

¿Como fue tu relación con Cristina Fernández?

Trabajé durante 6 años con Cristina Fernández de Kichner cuando ella fue Presidenta. Era secretario adjunto privado de ella. Me dedicaba a manejar la agenda entre muchas otras cosas. Imaginate las actividades que tiene un Presidente, y más Cristina que era una Presidenta sumamente activa. Fuimos a localidades donde nunca un Presidente había ido. Imaginen lo que sentía la gente y el amor que tienen por Cristina, más en el interior profundo. Las satisfacciones fueron enormes. Hubo tristezas también, como la pérdida de Néstor, “El Doctor” como le decíamos. Pero tuvimos momentos muy felices, muy gratos, de mucho aprendizaje, compañerismo, militancia.

A partir de tu relación con Cristina quedaste metido, o te quisieron involucrar, en la causa de las Fotocopias de los Cuadernos. ¿Como fue esa situación?

A mi viejo Ricardo Barreiro lo detienen. Es el famoso jardinero K, algo guionado por un programa de televisión. Mi padre nunca fue jardinero. Era amigo de Néstor y una vez que Cristina lo convenció a Néstor de tener una casa en El Calafate papá fue un poco el encargado de estar ahí viendo mientras ellos iban los fines de semana. Entonces quedó como el jardinero y algún mala leche en El Calafate habrá dicho que era el jardinero. Así empieza la historia. Lo detiene Bonadio, lo llevan a Marcos Paz con esto de las prisiones preventivas. Yo me vengo de El Calafate a verlo. Es muy duro entrar y ver a tu padre ahí, donde lo están torturando. Es muy claro que era una tortura porque mi padre nunca hizo nada. Mi padre es insulino dependiente y no lo dejaban entrar la insulina. Le intenté entrar un ventilador y no lo logré en los 4 meses que estuvo preso. Ellos tenían un sistema por el cual le saltaban las alarmas de quién se movía, todo coordinado con la Policía de Seguridad Aeroportuaria, el aeropuerto y el Servicio Penitenciario. Entonces al llegar ya sabían que yo estaba en Buenos Aires. Y vino un conocido, un tal “Charly”, y me dice: “Pablo, es algo inminente. Tenés que ir a ver a una persona porque algo te va a pasar y yo soy tu amigo y te quiero cuidar”

¿“Charly” es Carlos Liñani?

Exactamente. Le pregunté qué pasa y me dijo: “Estás hasta las manos. No te da el blanco. Van por vos. Bonadío y Stornelli van por vos. Ya fueron por tu viejo y están re calientes con vos y con tu viejo. Así que van a ir por vos. Y este chico te quiere ayudar. Se quiere juntar con vos y explicarte como es y decirte la ayuda que te va a dar”. Imaginate: preso tu padre y vos fuiste el secretario de Cristina, ya estas esperando que te vengan a detener, ya no sabés porque pero le buscaban la vuelta. Entonces Carlos Liñani me dice que es inminente la reunión, que la teníamos que hacer.

¿Con quién era la reunión?

La reunión era con Marcelo D’Alessio. Nos juntamos en el Hilton, a la tarde. Primero estaba Liñani y luego apareció D’Alessio. Parecía un ministro, en un auto custodiado. Yo estaba con mi hermano Sebastián. Liñani me hace un poco la introducción de quien era Marcelo D’Alessio. Pero no tuvieron en cuenta que yo los iba a grabar (NdR: los hermanos Barreiro grabaron esa reunión con Liñani y D’Alessio y la aportaron a la Justicia). Me dice que D’Alessio es un experto en seguridad y que ellos eran los abogados que estaban manejando todas las preventivas. 

¿Y qué te dijo D’Alessio cuando llegó?

D’Alessio se presentó como experto en seguridad, como me dijo Liñani. Y tirándome su currículum, como que las prisiones preventivas las manejaban ellos. Que ellos almorzaban una o dos veces por semana con Stornelli y Bonadio entonces ellos manejaban esos temas. Y que con los pingüinos estaban súper enojados porque no estábamos diciendo la verdad. Así que D’Alessio me decía “Gordo”. Yo soy alto y flaco, pero era una manera de cancherearla. Me decía: “Escuchame gordo, yo te quiero ayudar a vos. Acá hay un tema, y es que vos y tu papá no están diciendo la verdad”. No se cuál era la verdad que querían que dijera, pero sabemos que era mentir sobre Cristina y tirar mierda para arriba. Nada más que eso. No venían por mí, a ver si yo había robado una manzana. No les interesaba eso. A ellos lo que les interesaba era que hable de Cristina, si sabía algo, y si no sabía que lo invente. No les importaba.

¿Qué más dijo D’Alessio?

Entonces D’Alessio me dijo: “Bonadio está caliente con tu viejo. Mirá, tu viejo tiene para un año o dos ahí adentro”. Le pregunté “¿y qué quieren que haga?”. Y me dijo: “La cosa es así. Tu viejo se tiene que arrepentir. Y vos tener ir a declarar y declararte como un arrepentido. Y aparte tienen que poner 500.000 dólares. La plata no es para mí, la tengo que repartir”. Yo me quedé blanco. Le dije: “¿500.000 dólares? ¿De donde querés que saque? Yo te puedo dar un auto, el título de propiedad de la casa de mi mamá...”.

¿Por qué pensaba D’Alessio que ustedes tenían 500.000 dólares?

Eso se creó de una fantasía también desde la televisión. “La ruta del dinero K” está basado en un programa de televisión. “La morsa” salió de ese programa de televisión. Entonces crearon esa fantasía en la cuál pensaban que todos teníamos plata enterrada en el sur. Pensaban que Cristina nos decía “tomen” o que nosotros agarrábamos de cualquier ministerio, nos llevábamos plata y la enterrábamos en el sur. Lo vieron al fiscal Marijuan en TN y en todos los noticieros haciendo pozos en Santa Cruz. Un fiscal de la nación que se preste a eso es increíble.

D’Alessio les pedía 500.000 dólares, les decía que los tenía que repartir y que además tenías que arrepentirte y apuntar a Cristina.

Me decía: “Tenés que arrepentirte vos. Se arrepiente tu viejo”. Obviamente arrepentirme y decir que Cristina tenía bolsos, esto, lo otro, lo que ellos me dijeran que diga. Era ese el plan.

¿Y como siguió?

Le dije que me dejara que vea como podía hacer. D’Alessio me hace la oferta, que fue ahí donde más te incentiva, y me dijo: “Vos vas a verlo a Stornelli, te arrepentís y a los 5 minutos sale tu viejo. Lo tenés ahí a tu papá. Vos dormís en tu casa, con tus hijos, y tu padre duerme en su casa. Lo vas a poder abrazar”. De esa forma, como diciendo “te tenemos”.

¿Fuiste a verlo a Stornelli?

Ellos me dijeron que al otro día me pasaban a buscar a las 8 de la mañana. Me decían “en un auto de la AFI, irreconocible. Entramos por la parte de atrás de Comodoro Py, vos te sentás con Stornelli, hablás con él, y a los 5 minutos lo tenés a tu viejo ahí afuera”. Así fue. Se terminó la reunión, caminamos una cuadra con mi hermano. Los teníamos grabados pero pensamos que estábamos complicados. Que era tipos bravos. Y mi hermano tomó la decisión de esconderme en un departamento y aguantar. “Acá nadie se va arrepentir”, me dijo mi hermano. Me escondió y no caí en sus manos al otro día. Yo tenía el teléfono apagado y Liñani le mandaba mensajes a mi hermano y le decía “Una lástima, tu hermano que es tan joven, tan chico...” Y para seguir presionando, en el prime time sale Eduardo Feinmann con una alerta amarilla diciendo “Inminente detención de Pablo Barreiro”. Y mostraban fotos mías y repetían que era inminente la detención. La llamo a mi abogada y me dice que no había nada de eso.

Todo esto con tu padre preso. Él preso y Feinmann diciendo que te iban a meter preso a vos.

Claro. Mi papá llamó mientras estaba viendo eso para preguntar si era verdad. Mi hermano le dijo que se quedara tranquilo, que era una opereta. “¿No es verdad, estás seguro?”, “Si, papá, quedate tranquilo que es una opereta”. Pero igual los abogados nos dijeron que fuéramos a hablar con Stornelli.

O sea que después de lo de Feinmann fuiste a verlo a Stornelli.

Si, antes que me manden a llamar. Y Stornelli dijo “que venga el pibe, le vamos a sacar el jugo también”. Así que fui y hablé con él. Me dijo que diga la verdad, que yo estaba mintiendo. Las preguntas eran si veía bolsos, si veía empresarios entrar y salir con plata, si veía lugares donde Cristina guardara plata, si se enterraba plata, si en el avión iba plata.

¿Eso te preguntaba Stornelli?

Todo Stornelli, directamente. No es que el tipo estaba haciendo una investigación y me decía “tal día estuviste en tal lado”. Era directo el apunte. Y como no le sirvió la declaración para nada me dijo que me vaya y que cualquier cosa me iba a llamar.

¿Qué quería Stornelli? ¿Que le dijeras que Cristina había tenido plata y la había escondido?

Quería que diga eso, y que empresarios iban a verla. Me dijo: “Mirá, si me traés una agenda de Cristina te invito a mi cumpleaños”. Así. Nosotros teníamos la agenda en papel y la rompíamos todos los días. Es la verdad. Era una agenda en papel, más o menos lo que íbamos a hacer, que se iba corrigiendo durante el día, y al final del día se rompía. No es que yo me llevaba las agendas de Cristina a mi casa por las dudas a ver si pasaba esto. Una locura.

¿Y qué pasó con lo que hablaste con Stornelli? ¿Quedó un acta, algo?

Nada. Nada. Nada. No lo pusieron en el expediente. Fue una locura todo lo de las preventivas, como manejaban Comodoro Py. Lo que hicieron con Cristina directamente es violencia de género. La han maltratado, la han buscado por todos lados y no encontraron nada. Y encima maltrataron a toda su familia, Florencia se terminó enfermando, Cristina sufriendo como madre y siguiendo como dirigente, porque nunca paró. Fue terrible. Yo lo que puedo decir de Cristina es que es la persona más responsable, trabajadora e inteligente con la que he trabajado. Debe ser una de las personas más inteligentes que debe haber en el país. Le lleva un kilómetro de distancia a cualquier dirigente político.

Fuente: El Destape