Con una anacrónica bandera de la Ucede y un entusiasmo juvenil que no tenía la derecha desde la irrupción de Mauricio Macri en las elecciones presidenciales de 2015, los libertarios gritaron y cantaron apoyando a su líder Javier Milei y le apuntaron a un león herbívoro.

Tener de enemigo al radicalismo es buscarse al rival más fácil para enfrentar, porque más allá de su aparato territorial que le permite subirse a cualquier fórmula -da lo mismo acompañar a Roberto Lavagna o Mauricio Macri como candidatos a la presidencia- no aparece como una alternativa de poder contra la que se deba luchar.

La lógica puede ser ir desgastando parte del núcleo de Juntos para insertarse forzándolo a virar a la ultraderecha o simplemente ir contra el único contra el que pueden ir.

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Fuente: Diario Registrad