Alberto Fernández postergó 24 horas el final de su gira europea y la posibilidad de un encuentro con la titular del FMI, Kristalina Georgieva, toma forma, aunque aún no fue confirmado oficialmente. El Presidente permanecerá un día más en Roma, la última escala de su viaje relámpago por capitales europeas.

El viernes, Georgieva participará en el Vaticano del seminario “Soñando un mejor inicio”, organizado por la Pontificia Academia de Ciencias y con la presencia de los ministros de Finanzas de los países más importantes de la Unión Europea. De ese encuentro, que tratará sobre los desafíos económicos de la post pandemia, también será parte el argentino Martin Guzmán.

La chance de una cita entre Fernández y Georgieva estuvo latente desde el comienzo del viaje del presidente argentino, aunque todavía no forma parte de la agenda oficial. “La idea es anunciarlo de manera conjunta”, explican en la delegación argentina ante las consultas de la prensa. Con la postergación del regreso, el anuncio parece inminente.

El "puente" con el Club de París

Al arribas a la capital francesa, el presidente Alberto Fernández consideró que están "avanzando bien" con el Club de París. El tema fue parte de la agenda que llevó el presidente en Portugal y España, las primeras escalas de la gira europea, y tendrá un lugar privilegiado en las conversaciones que mantendrá con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, en el Palacio Eliseo.

La propuesta argentina consiste en “un puente” que postergue el vencimiento de una cuota de más de 2 mil millones de dólares que debería abonarse antes del 31 de mayo hasta que se haya alcanzado un acuerdo con el FMI, sin que esa demora implique el pago de moras ni agite los fantasmas de un default. Los plazos para acordar son estrechos y este viaje es la carta más fuerte de Martín Guzmán, el único negociador en el que confía Fernández.

En cuanto a la negociación con el FMI, la Argentina pone sobre la mesa la modificación de tres reglas que hasta ahora parecen grabadas en piedra: eliminar la sobretasa que triplica el costo de financiamiento; redistribuir los derechos especiales de giro que le “sobran” a los países desarrollados entre los de ingresos medios y finalmente reestructurar la deuda con un plazo mayor a los diez años permitidos por el estatuto.

Fuente: El Destape