En medio de la crisis habitacional que profundizó Cambiemos y que afecta actualmente a una de cada tres familias, el gobierno finaliza su mandato sin entregar 14.300 viviendas listas del plan ProCreAr.

Según revela Cristian Carrillo en Página12, se trata del 64 por ciento de las 22.500 viviendas de Desarrollos Urbanísticos del programa que heredó el macrismo del gobierno anterior.

Las obras estaban terminadas en su gran mayoría -el resto tiene un nivel de avance del 70 por ciento-, pero la desidia oficial dejó que cuestiones burocráticas de habilitación de servicios se amontonen y sólo se hayan entregado las que estaban pre-adjudicadas.

También hay una lógica comercial que frena el programa: el gobierno no las quiere entregar al costo. En estos cuatros años se modificó el esquema de entregas por un sistema de scoring, con un carácter pensado menos en lo social y más en lo financiero, pero tampoco así se avanzó en nuevas adjudicaciones.

La crisis económica además aleja a las familias de la posibilidad de acceder a un crédito, aunque sea subsidiado, para una vivienda.

El plan ProCreAr buscaba beneficiar a grupos sociales medios y medios-bajos de la población, a partir de una preselección en la que se tomaba en cuenta casos de enfermedad o composición de riesgo de las familias y, después, se adjudicaban por sorteo.

Entre 2012 y 2015 el gobierno invirtió en este programa 56.000 millones de pesos, equivalente a unos 5600 millones de dólares al tipo de cambio de fin de 2015, cifra similar a la que hoy mendiga el país al Fondo Monetario.

Pero Macri modificó el programa haciendo necesario un ahorro previo del 10 por ciento de la propiedad para acceder a los planes y, para el caso de construcción, había que tener el terreno propio o de familiar directo. Se imponía además un sistema de scoring (puntaje crediticio), lo que desnaturalizaba el plan original.

Fuente: Cristian Carrillo-Página12

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