Es locutor y periodista y en esta cuarentena la rompió con sus vivos en Instagram, donde ya pasó el millón de seguidores. Oriundo de Córdoba, comenzó escribiendo en un diario local y se mudó a Buenos Aires con la idea de trabajar en televisión. Pasó por distintos productos de La flia y el año pasado concretó su sueño de conducir un ciclo en MTV, la señal de música que seguía de chico. Hoy, Lizardo Ponce (30) atraviesa un gran presente, a pesar del aislamiento de la cuarentena: la rompe en las redes y está a días de debutar como participante en el Cantando 2020. “Desde que estoy con los ensayos del Cantando, estoy a las corridas todo el día”, cuenta y arranca el mano a mano con Nico Peralta para Pronto.

-¿Cómo te preparás para debutar en el Cantando?

-Estoy muy ansioso y hoy me empezaron a temblar las piernas. Cuando me lo propusieron, dije: “Sí, dale, hagámoslo” pero ahora me está cayendo la ficha. Me da un poco de nervios y miedo pero ahora ya me están contando cómo va a ser todo y cuánta gente me puede ir a ver, así que me estoy organizando.

-Sí. Eso se está viendo pero ya tengo un número estimado de la cantidad de gente que puede ir a verme. Obviamente que es muy poquita y tiene que tener una autorización y un permiso. Lo estoy definiendo ahora así la semana que viene pueden contar con dos o tres caras que me estén alentando porque estoy muy nervioso de verdad.

-¿Sabés cantar? ¿Estudiaste vocalización?

-No, cantar nada pero estudié locución y por ese lado estoy acostumbrado al micrófono. ¡Pero no de esta forma! Me da miedo pero voy a darlo todo.

-¿Vas a ir al choque si alguien te ataca?

-No sé, eso lo veré en el momento. No voy en ese plan; voy en el plan de divertirme y como en esta cuarentena se me fue sumando mucha gente en los vivos y en mis redes, voy más que nada para divertir a quienes me siguen todos los días. Y para que me conozca gente nueva también. Lo hago con mucho respeto y quiero ser responsable con el equipo que me tocó. Voy a tratar de hacerlo lo mejor posible para que mi equipo también la pase bien.

-Todos los lunes en tus vivos evaluás a Lucas Spadafora y él dijo: “Ahora quiero verlo a Lizardo cuando Moria lo puntúe y va a saber lo que yo sufro con él cada lunes”.

-No sé si hace falta aclararlo pero a Lucas lo amo y todo lo que le digo va en chiste. Esa es la diferencia entre el Cantando y el Bailando por un vivo que hacemos con Lucas. A él le digo todo en chiste, él sabe que es así y me pide que lo mate para hacerlo más divertido aún. Ahora, el jurado es durísimo y eso no va a ser gracioso.

-Tu familia está en Córdoba. ¿Qué dice de la explosión que tuviste en el último tiempo y de que vas al Cantando?

-¿La verdad? ¡Ellos tampoco caen todavía! Ven la promo del programa y piensan: “¿Qué hace ahí?”. No lo entienden mucho y mi familia siempre me acompañó en todo, desde lo más chiquito hasta lo más grande. Siempre están presentes desde Córdoba. Los extraño mucho y me pone un poco sensible vivirlo tan alejado porque me encantaría que estén. Pero por otro lado agradezco que no puedan venir porque los nervios de estar ahí y que esté tu familia, es mucho más intenso aún.

-¿Cómo está compuesta tu familia?

-Mi papá trabaja en el rubro inmobiliario, mi mamá es maestra y tengo tres hermanos: Martín, Matías y Milagros. Ahora tenemos tres integrantes nuevos en la familia, que son mis sobrinos: los dos hijos de Matías, que se llaman Santino y Martina, y el hijo de Martín que nació hace dos semanas y se llama Juan Cruz. Muero por conocerlo. Genero el vínculo por videollamada pero no me dan mucha bola porque son muy chiquitos.

-Te conozco hace mucho tiempo y fui viendo tus cambios. Ahora estás más suelto, más libre, más feliz. No digo que antes no lo fueras, pero estabas más para adentro. ¿En qué momento sentís que hiciste el click?

-Está bueno lo que decís porque fue lo que fue sucediendo. No podría decir que era menos libre o menos feliz antes pero sí tiene que ver con que en este último tiempo me di la posibilidad de ser yo mismo frente a todos. Tuvo mucho que ver Martín Cirio en todo ese proceso porque fue el que me abrió la puerta a Carolos en el bar en su momento, que fue hace un año aproximadamente y ahí me liberé, me solté y me animé a contar un poco más de mi intimidad y las cosas que fui viviendo. Empecé a confiar un poco más en mí y en quién soy yo como persona sin guiarme tanto por el qué dirán. En esta cuarentena, que hice tantos vivos con Yanina Latorre, me animé a soltarme más y decir lo que tengo ganas de decir. Siempre con respeto y siendo consciente de lo que digo. Ellos dos fueron muy importantes en esto de animarme a soltarme más.

-¿Cómo surgieron las transmisiones en Instagram con Yanina, que son furor en la cuarentena?

-Surgió inesperadamente. Hace un año y medio más o menos, yo estaba haciendo un vivo, ella se metió, la llamé y la gente se re enganchó con los dos. Comentaban y se reían pero quedó ahí, no le dimos mucho lugar. En esta cuarentena, empecé a hacer vivos con algunos amigos y el que más pegó fue con ella. Tenemos mucha química, ella encontró el código y el humor de las redes sociales y nos queremos mucho. Nos conocemos hace mucho tiempo, la quiero un montón a ella, siempre me acompañó y me cuidó desde su lugar. Yo era nuevo en la tele y ella me cuidó y me bancó siempre, y de mi parte lo mismo. Encontrarnos en el vivo fue espectacular, la dupla era inesperada y funcionó. Tenemos el combo de redes y tele y juntos nos potenciamos muy bien.

-Tienen muchos fans. ¿Cómo definirías a los “Yanardos”?

-¡Son todo! Yanardos, Santardos y todos los que termina en Ardos, ¡que son un montón! Principalmente, los Yanardos son una especie de comunidad que se armó de acompañamiento. En la cuarentena nos hicimos mucha compañía entre todos porque no éramos solamente Yanina y yo charlando en un vivo sino que teníamos la respuesta de la gente. Se engancharon en todas las que hacíamos y eso es re para agradecer. Son una pieza fundamental en todo lo que logramos con Yanina en esta cuarentena.

-Con Santi Maratea hicieron una novela de amor al comienzo de la cuarentena y luego se enfrió un poco. ¿Qué pasa con Maratea?

-Me parece que en la cuarentena sucede eso: va todo con altibajos todo el tiempo. Hubo un momento en el que hacíamos vivos todo el tiempo con Santi, y después se fue pinchando todo porque cada uno empezó con sus cosas. Santi ahora es gaymer, tiene su programa de radio y mil cosas para hacer mientras que yo empecé con el Cantando, con esto y con lo otro. Cada uno tiene sus cosas y lo más lindo que queda marcado con Santi es la locura que se generó y cómo la gente se enganchó con los dos. Algo que a mí me pasó con él es que somos muy distintos en muchas cuestiones: pensamos muy distintos en algunas cosas, tenemos formas de ser muy distintas y estuvo re bueno encontrar algo lindo en lo diferente. Nos entendimos bien, aprendimos el uno del otro y me hizo reflexionar en un montón de cosas. Me quedé con lo mejor y tuvo mucha importancia en mi cuarentena.

-¿Llegó a pasar algo entre ustedes, por fuera de los vivos y la historia de ficción que todo el mundo iba siguiendo?

-Es que no había ficción, ese es el tema. Nunca dijimos: “Bueno, vamos por este lado”. Todo surgió en los vivos y se fue dando de esa manera. Pasó todo lo que pasó, já. Pero como estamos en cuarentena, no pasó más nada que lo que se vio en los vivos.

-¿Te referís al histeriqueo amoroso: que sí, que no?

-Es que no sé si fue un histeriqueo. Santi y yo somos conscientes de que al manejarnos de la forma en la que nos manejamos haciendo los vivos, cada uno podía mirarnos y hacerse la peli que tenía ganas. Uno no puede controlar la cabeza del otro y si algunos flashearon una historia de amor, está bien. Si otros creyeron que era una novela, está bien y si algunos pensaron que éramos dos amigos charlando, también está bien. Tomo todos los pensamientos de la gente que nos siguió porque sé que son con buenas intenciones. Que piensen lo que quieran que Santi y yo sabemos bien cómo fue todo y nos tenemos mucho respeto y cariño.

-¿Hoy cómo es tu estado sentimental?

-Soltero, ¡y en cuarentena! Ahora no se puede estar con nadie, hay que respetar la cuarentena. Me imagino cuando termine esto me pondré a ver qué sale.

-¿Cuántos mensajes te llueven por día? ¿Miles?

-No sé si tantos. No te creas, eh. Me pasa que quizás aparece alguien y ya me shipean y me ponen de novio. Le pongo un like a alguien y ya me inventan un romance. Por eso tomé la decisión de ya no likear más a nadie.

Fuente: Revista Pronto