Britney Spears fue la figura pop más relevante de los tempranos años 2000 y parecía imparable. Pero ese mismo éxito la frenó. Sufrió depresión, adicciones y muchos otros problemas derivados de esa gran fama. Hasta que su salud mental deteriorada provocó que sus padres decidieran hacerse cargo de ella y su patrimonio. Tras muchos años, Britney compareció en un Tribunal para pedir que "la liberen", porque se siente prisionera de su familia.

Desde 2008 Jamie Spears se ocupa de administrar la fortuna de su hija, que actualmente ascendería a 60 millones. Pero en 2014 la cantante planteó ante la Justicia que esta tutoría se estaba extralimitando hasta el punto de que su progenitor decidía sobre todo en su vida.

Britney, de 39 años y madre de dos hijos, solicitó la revocación de la curadería de su padre y la posibilidad de volver a ser responsable por sí misma.

Spears habló por 20 minutos ante el juez y leyó una carta en la que expresó su enojo y frustración por la situación que vive. "Le dije al mundo que estoy feliz y que estoy bien. Estoy traumatizada. No estoy feliz, no puedo dormir", indicó.

"Han pasado muchas cosas desde hace dos años, la última vez que estuve en la corte. No he vuelto a la corte porque no sentí que me escucharan", expresó en contra del sistema judicial, que fue el que aprobó la petición de su padre para que manejara su vida en contra de su voluntad.

Tras revelar que se había visto obligada a ir de gira en 2018 y actuar en Las Vegas, contó que le recetaron litio en contra de su voluntad: "Es una droga fuerte. Puedes dañarte mentalmente si lo tomas por más de 5 meses. Me sentí borracha, ni siquiera podía tener una conversación con mi mamá o mi papá sobre nada. Me tenían con seis enfermeras diferentes", develó sobre los efectos de la prescripción.

Luego, la cantante criticó cómo su familia, incluido su padre Jamie, ha manejado su tutela y ha respondido a sus preocupaciones sobre su cuidado.

Esta fue la primera vez que Spears se presentó en la corte desde que su abogado designado por la corte, Samuel Ingham III, presentó una solicitud para suspender a su padre Jamie Spears como tutor de su patrimonio el año pasado.

En los últimos meses se hizo conocida la campaña "Free Britney", con la que miles de fans alrededor del mundo difundieron la problemática de la cantante.

Describió que la tutela ordenada por la corte fue abusiva y aseguró que quiere recuperar su vida. Finalmente hizo una terrible denuncia, al contar que quiere formar una familia con su novio, Sam Asghari pero no puede: "Quiero poder casarme y tener un bebé. Me dijeron que no podía casarme. Tengo un DIU dentro de mí".

"Pero este supuesto equipo no me deja ir al médico para quitarlo porque no quieren que tenga más hijos. Esta tutela me está haciendo mucho más daño que bien", concluyó.

Fuente: DiarioShow