Así lo contaba un dolido Mariano Obarrio, periodista de La Nación y reconocido antiderechos:

El primer gesto de Cristina Kirchner en favor del matrimonio gay ocurrió ayer. En Tucumán, la Presidenta destacó el respeto de su gobierno "a los derechos de las minorías", y un rato después hizo subir al avión Tango 01, rumbo a China, a las senadoras Marina Riofrío y Ada Iturrez de Cappellini, que al estar lejos del país restarán votos al rechazo del proyecto que autoriza los casamientos entre personas del mismo sexo.

Esa iniciativa es impulsada por el diputado y ex presidente Néstor Kirchner para afianzar su alianza con sectores progresistas y doblarle el brazo a la Iglesia.

El objetivo de Kirchner era llevar a China a por lo menos cinco senadores adversos a la ley para debilitar el rechazo a la ley con miras a la sesión del miércoles. Pero esta vez no funcionó el disciplinamiento.

La peronista Riofrío responde al gobernador de San Juan, José Luis Gioja, que, pese a su lealtad a Kirchner, se opone a la ley. Y Ada Iturrez milita en el Frente Cívico de Santiago del Estero, del gobernador Gerardo Zamora, también reacia a apoyar el texto.

El kirchnerismo considera que el misionero Luis Viana tampoco irá al recinto, porque tiene parte de enfermo, y se esperanza con la ausencia, además, del riojano Carlos Menem.

En el punteo, Kirchner cuenta con 30 votos seguros, una cantidad similar de rechazos y una decena de indefinidos.

Pero la situación es fluctuante. Por ejemplo, Kirchner le ordenó hace horas al gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, que pusiera "en caja" a Fabio Biancalani, que adelantó su oposición a la ley.

La irrupción de la Presidenta en este debate obedeció a que anteayer el presidente del Episcopado, cardenal Jorge Bergoglio, se puso al frente de la pelea cuando dijo que el proyecto "es la pretensión destructiva del plan de Dios".

Según confiaron a LA NACION fuentes oficiales, Cristina Kirchner cerró filas sólo entonces con su esposo, ante una "declaración de guerra" de la Iglesia y de Bergoglio, que, además, convocó a los fieles a que facilitaran medios para una masiva marcha el martes próximo frente al Congreso en contra del casamiento gay.

Convencida de estar ante el peligro de una conspiración, la Presidenta le respondió a Bergoglio al decir ayer en Tucumán que su fuerza "tiene el orgullo" de que, "siendo mayoría, jamás cercenó un derecho a las minorías".

Consultado por LA NACION, el jefe del bloque de senadores del PJ, Miguel Pichetto, aseguró: "El mensaje de la Presidenta es en una dirección clara: vamos a votar una ley que tiene que ver con las minorías y con sus derechos".

Y agregó: "La posición de Bergoglio es medieval y oscurantista".

No sólo Cristina Kirchner criticó en la intimidad la boda gay; también lo hacen por lo bajo otros miembros de la "pingüinera", como Julio De Vido, Carlos Zannini y Rudy Ulloa. Consideran que se puede convertir en una peligrosa e innecesaria derrota de Kirchner en el Senado. Y les pasan factura a grupos progresistas, como Carta Abierta, el Movimiento Evita y las Madres de Plaza de Mayo de "copar la agenda kirchnerista".

La Presidenta coincide en que un revés en este debate demostraría una prematura debilidad parlamentaria. Y nunca estuvo convencida de pelearse con la Iglesia. Pero el candidato en 2011 será Kirchner, por lo que él fija la política; su esposa ayer salió en su apoyo.

Fuente: La Nación