Con posterioridad a la batalla de la 125, el peronismo y el sector agropecuario rompieron lanzas a niveles de no retorno. Pero a más de 12 años de aquella disputa por las retenciones y por razones particulares, se reactivó un diálogo inédito. El Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), que reúne a 50 cámaras sectoriales, a la Unión Industrial (UIA) y a toda la Mesa de Enlace menos la Sociedad Rural (SRA), inició gestiones directas con el Instituto Patria para tener un reencuentro con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

El agrupamiento, que encabezan entre otros el titular de la Bolsa de Cereales, José Martins; el jefe de la Cámara de Exportadoras de Cereales (CIARA-CEC), Gustavo Idigoras, y el presidente de Coninagro, Carlos Iannizzotto, vienen sondeando la posibilidad de un encuentro, incluso, a través de los pocos cuadros que interactúan con CFK.

Ese mitin será el penúltimo de una gira que terminará con un pedido de reunión con el presidente Alberto Fernández y que ya tiene cubierta buena parte de los casilleros del gabinete: los referentes del campo de Todos, un agrupamiento que ellos mismos califican de “desideologizado” y “pragmático”, ya se vieron con el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa; con el canciller Felipe Solá; el ministro de la Producción, Matías Kulfas; y su par de Transporte, Mario Meoni. La próxima semana agendaron una gestión para contarles sus planes al jefe de Hacienda, Martín Guzmán.

El juego del acuerdo parece tener correspondencia del lado oficial. Tal como adelantó Letra P, Massa y Guzmán ya trabajan, con la asistencia de Gabriel Delgado, el interventor virtual de Vicentin, en un paquete de medidas para fomentar la desprimarización de las exportaciones del sector, un proyecto casi conjunto entre el campo negociador y el Frente de Todos.

¿Por qué hoy, más allá del acercamiento a Fernández, también es más probable una mesa del agro con CFK? En primer lugar, fuentes del Consejo consideraron que ellos cambiaron "y Cristina, un poco, también”. Hoy, los referentes de la iniciativa consideran, como buena parte del Círculo Rojo, que la vice es una pieza central en el esquema de poder de Fernández, que entendió mejor que nadie que los tiempos han cambiado y que, aún manteniendo posiciones históricas, se puede llegar a consensos.  

Además, este nuevo agrupamiento tiene una pata muy concreta en la consonancia entre campo e industria, una idea casi fundacional del peronismo como movimiento. Y también, admiten, se dieron cuenta que la edificación de intereses comunes es una posición bastante más útil que la confrontación como modelo.

Pero hay un factor que es central para que la foto completa del campo y Cristina se concrete: la auto escisión de la Sociedad Rural del Consejo. La entidad que conduce Daniel Pelegrina fue la más radicalizada contra el kirchnerismo más duro y esa relación nunca pudo restablecerse. Cuando parecía que Fernández, con guiños a Pelegrina, podía lograrlo, la SRA se bajó de un Consejo que se encamina a una representación del campo real y concreta.

Fuente: Letra P