El exespía de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Leandro Araque, declaró este viernes alrededor de tres horas ante la comisión Bicameral de Control de los Organismos de Inteligencia. Según pudo reconstruir El Destape, bajo juramento de decir verdad, el agente que está imputado en la causa por espionaje ilegal de Lomas de Zamora confirmó que actuó en distintas operaciones de seguimiento contra dirigentes políticos como Diego Santilli, Emilio Monzó o Nicolás Massot; reconoció que hubo tareas sobre el Instituto Patria; apuntó contra Alan Ruiz, quien era el director de Operaciones Especiales de la exSIDE; dijo que llevaban informes a la Casa Rosada que entregaban a la coordinadora de Documentación Presidencial, Susana Martinengo; y cuestionó al juez Federico Villena, entre otras cosas. También aportó grabaciones.

Leandro Araque es un policía especializado en inteligencia criminal que pasó por la Policía Federal y de la Ciudad y en 2016 ingresó a la AFI. Formó parte del grupo que está siendo investigado por el juez Federico Villena y la fiscal Cecilia Incardona por diversas actividades de inteligencia ilegal durante el gobierno de Cambiemos. Su teléfono celular, que fue secuestrado, se convirtió en una verdadera caja de pandora. Allí constan varias pruebas que surgen en este caso, que ya se convirtió en un verdadero escándalo. 

Araque fue convocado a la AFI por Jorge Sáez, quien estaba vinculado al ámbito de la inteligencia penitenciaria y también había recomendado en la exSIDE a Facundo Melo, otro de los imputados que declarará en la Comisión Bicameral de Inteligencia el próximo martes. Los tres agentes están enfrentados a Ruiz, a quien señalan como el jefe del grupo, bautizado Super Mario Bros, y que supera las 15 personas.

En su testimonio ante la comisión, Araque respondió las preguntas de los seis diputados y senadores que se hicieron presentes. Confirmó que participó en las operaciones contra el vicejefe de gobierno porteño, Diego Santilli; el expresidente de la Cámara Baja, Emilio Monzó; y el exjefe de bloque de diputados PRO, Nicolás Massot, entre otras. También dijo que le constan las tareas ilegales que se realizaron en el Instituto Patria pero que no fue parte de esos procedimientos. Y cargó contra Alan Ruiz, directivo de la AFI macrista, a quien señaló como el jefe del grupo a partir de mediados de 2018. 

El relato tuvo momentos más creíbles y momentos menos verosímiles. La principal coartada de Araque fue sostener que cumplía órdenes y que Ruiz justificaba cada operativo con una causa judicial que, supuestamente, habilitaba su realización. Por ejemplo, señaló que en el caso de Santilli les dijo que había una investigación judicial abierta por enriquecimiento ilícito. A los legisladores no los convenció esta última explicación como tampoco se detuvieron en sus duros cuestionamientos al juez Villena.

Entre otras cosas, Araque señaló que Ruiz parecía responder a la subdirectora de la AFI, Silvia Majdalani. 

Pero acaso, lo más significativo, es que ratificó que fue a la Casa de Gobierno a ver a Susana Martinengo, la funcionaria de la Unidad Presidencial que aparece mencionada también en la pesquisa que se instruye en los tribunales federales de Lomas de Zamora. Le llevaban informes y hasta salían a comer. Esto quedó ratificado en los registros de la Casa Rosada, tal como se desprende de una presentación que realizó el abogado Carlos Beraldi en el juzgado de Lomas de Zamora y publicó Raúl Kollmann en Página12: de acuerdo a esos documentos, Sáez, Araque y Melo ingresaron 12 veces a la Casa de Gobierno. Es decir, la banda que es investigada por espionaje ilegal a dirigentes políticos, sindicales y eclesiásticos, entre otros, le alcanzaba el “trabajo realizado” a una funcionaria con oficina en Balcarce 50. Los reportes también se elevaban a Ruiz. 

Este dato se complementa con que no aparecen entre los espiados ninguno de los hombres y mujeres cercanos al presidente Mauricio Macri, como Marcos Peña o Patricia Bullrich. Ni el propio Macri, claro. Por el contrario, aparece como víctima el cuñado del exmandatario, Salvatore Pica.

En otro pasaje de su relato, Araque narró que lo enviaron a hacer un reconocimiento de tres edificios en la calle Callao. Uno sería el de José Luis Vila, el funcionario de Cambiemos que cumplía funciones en el Ministerio de Defensa cuando recibió como amenaza un artefacto explosivo en un domicilio en el que si bien ya no habitaba era el que había informado oficialmente. Araque dijo desconocer el caso de la bomba a Vila. Ese episodio fue el que desencadenó la investigación en Lomas de Zamora cuando un narco confesó su relación con la AFI macrista y provocó un giro de 180º en un expediente que hasta ese momento era un policial común.

Durante su ponencia, Araque también se refirió a las tareas de inteligencia sobre el exministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, actualmente jefe de la bancada PRO en Diputados e integrante de la comisión Bicameral de Inteligencia. La banda pretendía averiguar sobre su relación con Hugo Moyano.

Y dedicó un tiempo especial a cuestionar al juez del caso, Federico Villena. De hecho, tanto Melo como Araque lo recusaron. La estrategia de ambos exespías es llevar la causa por espionaje a los tribunales de Comodoro Py. En ese contexto, este mismo viernes los dos exAFI ratificaron ante el juez federal Marcelo Martínez de Girorgi una denuncia por persecución en su contra. Sostienen que solo se habla de ellos en lugar del resto de la banda y que “cumplieron órdenes” de Alan Ruiz, con quien aseguran haberse peleado durante la gestión de Macri. En esa línea, el abogado Fernando Sicilia, que representa legalmente a Araque y Melo, cuestiona que el juez Villena aceptó la eximición de prisión de varios de los imputados pero no la de ellos. Por esa razón se especulaba con que era inminente su detención. 

Así las cosas, el próximo martes se espera que Melo acuda a la Comisión Bicameral de Inteligencia a prestar testimonio.
Fuente: El destape