Acompañado por el excanciller y exministro de Defensa de Brasil Celso Amorim, artífice del encuentro, el candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, visitó al expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva durante una hora, y al salir del centro de detención de la ciudad brasileña de Curitiba, habló con la prensa allí presente.

Alberto Fernández, defendió que el ex presidente sea liberado por una “condena injusta”.​ Y aseveró: "No dudo de su inocencia". "La prisión de Lula es simbólica para América latina" dijo Alberto y contó que Lula le dijo que "la primera tarea es ganara las elecciones en Argentina, porque eso nos va a devolver la esperanza en la región".

“Lula es claramente un perseguido del gobierno de Bolsonaro, que ha tenido la impudicia de hacer ministro de Justicia al que persiguió y encarceló a Lula”, dijo el exjefe de Gabinete en referencia al ex magistrado Sergio Moro, quien ordenó la detención del ex presidente brasileño el año pasado.

"La prisión de Lula es una mácula muy fuerte al Estado de derecho y nos preocupa que esto ocurra en nuestro continente. Espero que esta detención termine cuanto antes porque Brasil no se merece semejante mancha", dijo.

El precandidato presidencial aseguró que tanto él como Lula ven con preocupación el acuerdo de libre comercio alcanzado entre el Mercosur y la Unión Europea porque apunta a la desindustrialización de los dos países y la reprimarización de sus economías.

"No estamos en desacuerdo con la integración con la UE, de hecho nosotros inauguramos las negociaciones, el tema es en qué consiste ese acuerdo y por lo que se conoce no es bueno" siguió Alberto y recordó que Francia ya lo rechazó por su parte.

"Si el acuerdo es lo que se vislumbra que es, entonces no podemos estar de acuerdo", concluyó.