Días atrás, el juez Claudio Bonadio decidió ir hasta el despacho del camarista Martín Irurzun desesperado porque la investigación que lo compromete a él y especialmente al fiscal Carlos Stornelli. “Tenes qué parar esto, nos están llevando al cementerio”, le dijo con voz atribulada el juez al camarista, según contó ayer Horacio Verbitsky en el blog El Cohete en la Luna.

A esta altura en Comodoro Py, poco interesa la suerte del fiscal Stornelli. En la última movilización de respaldo solo junto 46 personas y el fin de semana, varios de los editores de medios hegemónicos empezaron a soltarle la mano ‘por errores propios’. “Una cosa es utilizar a los servicios y otra es hacerte amigo”, dicen colegas suyos. Luego agregan: “Y para colmo manda a investigar al ex de su mujer y planifican meterle droga para meterlo preso, está loco el gordo”.

Según la nota de Verbitsky, luego de conversar con Bonadio el camarista recibió al abogado Fernando Archimbal, uno de los juristas que defendió a Mauricio Macri en la causa por las escuchas ilegales, en la que fue sobreseído cuando fue presidente.

Archimbal fue sindicado por el ex secretario presidencial Pablo Barreiro como titular de un estudio jurídico que se disputaba con Marcelo Sebastián D’Alessio su representación ante Stornelli y Bonadio, también Archimbal hizo saber a Irurzun su preocupación por las repercusiones cada día menos controlables del episodio Stornelli.

Pablo Barreiro aportó incluso grabaciones en las que Archimbal y su socio Luis Vila lo adoctrinan sobre cómo atribuir a Cristina y no a Julio De Vido la relación con el transportista José López y le cobran 40.000 dólares sólo por sentarse frente al fiscal Stornelli, con quien hacen gala de una relación íntima.

Si a Stornelli aún no le soltaron el último dedo de la mano es por temor a que opte por sentarse del otro lado del mostrador de los arrepentidos, como ya hizo su colega de Mercedes, Juan Ignacio Bidone, y como plantearon hacer el espía parlanchín D’Alessio y el espía junior Hugo Rolando Barreiro, Rolo, quien no guarda relación alguna con el ex secretario presidencial Pablo Barreiro.

La causa de la red de espionaje ilegal parece no tener fin. El viernes la ex abogada de Leonardo Fariña, Giselle Robles, se presentó ante el juez Ramos Padilla y entregó los chats y mail del ministro de Justicia, Germán Garavano, con el detenido Fariña para otorgarle la libertad y sumas importantes de dinero si “involucraba” a la ex presidenta en la causa por presunto lavado de dinero, con detalles sobre supuestas irregularidades en la obra pública, en la causa que investigaba al empresario Lázaro Baez.
Según la versión consignada ante Ramos Padilla por la abogada, el encuentro fue extra oficial. La abogada registró su ingreso al Ministerio de Justicia pero Fariña ingresó en auto al subsuelo. Durante la charla, Garavano aseguró que removerían al juez Carlos Rozansky, quien integraba un tribunal de la ciudad de La Plata donde Fariña enfrentaba una causa que lo tenía preocupado y, finalmente, el ministro le pidió al financista que siga declarando “en la línea de lo que venía haciendo el último tiempo”. Para ese momento, Fariña ya había tenido reuniones con un agente de la AFI y había empezado a recibir los mails con el “guión”.
El encuentro de Garavano y Fariña fue arreglado por el periodista Luis Majul.

Fuente: Info135