El anterior presidente de Brasil, Michel Temer, de centro derecha, ha sido detenido este jueves por la mañana en São Paulo en una operación policial vinculada al megaescándalo de corrupción Lava Jato por el que ya está encarcelado otro expresidente, el izquierdista Lula Da Silva. La Policía Federal buscaba a Temer, de 78 años, desde el miércoles, según informa la red informativa Globo, que añade que el arresto se ha producido por la delación de un alto mando del partido del detenido.

La policía también busca al exministro de Minas y Energía Moreira Franco, según Globo. Temer pertenece al Partido Democrático Brasileño (MDB), una formación que hasta su salida del poder ha sido socio minoritario de los partidos que han gobernado Brasil en las últimas décadas.

El ahora detenido abandonó la presidencia el 1 de enero. Temer, que era el vicepresidente de Dilma Rousseff, asumió el cargo en agosto de 2016 tras la destitución de la sucesora de Lula en uno de los capítulos culminantes del terremoto que ha supuesto en Brasil, sobre todo, pero también en el resto de América Latina la investigación sobre un enorme sistema de pago y cobro de sobornos a cambio de concesiones de obras públicas.

Temer perdió la inmunidad al abandonar el poder el 1 de enero. Ni siquiera es diputado. Los jueces brasileños investigan al expresidente en varios casos relacionados con sobornos, tráfico de influencia o lavado de dinero El más grave es sobre el supuesto pago de sobornos en las obras del puerto de Santos (en São Paulo). 

Lula da Silva, que presidió Brasil de 2003 a 2010, está encarcelado desde casi un año en la prisión de Curitiba por un caso de la trama Lava Jato. Ha sido condenado por dos casos que suman 24 años de prisión. El primer juez que le condenó, Sérgio Moro, es ahora ministro de Justicia en el Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro. Moro se presenta como un cruzado contra la corrupción; es visto como verdadero héroe por los adversarios de Lula y su Partido de los Trabajadores. Su nombramiento al frente de Justicia es una de las decisiones más festejadas por los bolsonaristas.


Fuente: El Pais