Si por un rato se obviaran los colores negro y amarillo de su camiseta, podría decirse que a este equipo de Marcelo Gallardo ya se le ven muchas cosas de aquellos River de élite que lo llevaron tanto a la cima de América como al reconocimiento mundial. Tac, tac, tac: su Al-Ittihad empieza a mostrar cada vez durante más tiempo su sello y su ideología y este estreno en el Mundial de Clubes fue el punto máximo. Sus aplausos no mienten: la goleada 3-0 al Auckland City, que era menor en los papeles y quedó reducido a su mínima expresión, terminó siendo una paliza que ilusiona con que la filosofía de Muñeco pise fuerte en este torneo.

La superioridad se vio desde el primer minuto: con el ya clásico 4-3-3 que viene usando desde que debutó en el club árabe, Gallardo logró monopolizar la pelota con pases verticales y de calidad y romper el nutrido bloque bajo del equipo neozelandés (campeón de Oceanía), que presentaba una línea de cinco defensores y otra de cuatro volantes por delante. Sus estrellas Kanté (un golazo), Fabinho y Benzema (anotó el tercero), además de los brasileños Igor Coronado y Romarinho (abrió el marcador), fueron titulares y se lucieron con una gran noche en Yeda.

Justamente, el mediocampo fue la gran clave del Al-Ittihad: Fabinho (ex Liverpool) distribuyó desde el eje, descolocó a los rivales con sus pases y fue clave para la presión alta del equipo, algo que trae de Klopp y ahora aplica con el Muñeco; Kanté, la figura del partido que por lesión recién tuvo su segunda presentación en el ciclo MG, arrancó como interior por derecha pero se movió por todo el frente de ataque, demostrando toda su jerarquía en cada toque de pelota; y Faisal Al Ghamdi dedicó buena parte de su juego a sostener el orden y el equilibrio.

Una sala de máquinas completa y que luce aceitada pensando en seguir funcionando a tope en la segunda ronda de este Mundial de Clubes, el viernes a las 15 contra el Al Ahly egipcio (campeón de África). Un partido que a priori luce más complicado que éste ante el Auckland City, pero que no es para nada una misión imposible para Gallardo y compañía (en el horizonte, en semifinales, aparece el Fluminense).

Kanté fue la figura del partido (AFP).
Kanté fue la figura del partido (AFP).

Kanté fue la figura del partido (AFP).

Más si su equipo sigue mostrando un juego de galera y bastón, tal como estaba vestido para esta primera función: elegante, de traje, zapatos, peinado impecable y con un pin del escudo del Al-Ittihad, la pinta del Muñeco acompañó a lo que su equipo hizo y a los goles que metió.

Porque el primero, realmente, es para verlo una y otra vez por la gran jugada: la inició el arquero Marcelo Grohe (aquel de Gremio), siguió por el lateral izquierdo y un toque hacia adelante y de primera de Igor Coronado partió al medio neozelandés. Tras una pared con Kanté, el brasileño condujo, abrió la cancha al espacio y el propio lateral que había dado el segundo toque le envió un preciso centro atrás a Romarinho, quien definió con mucha precisión.

El Muñeco aplaude a sus jugadores, que hicieron un gran partido (Prensa FIFA).
El Muñeco aplaude a sus jugadores, que hicieron un gran partido (Prensa FIFA).

El Muñeco aplaude a sus jugadores, que hicieron un gran partido (Prensa FIFA).

Dinámica, precisión y buen juego. Como para sentarse y disfrutar de un equipo que ya muestra el sello del entrenador más ganador de la historia de River en buena parte de los 90' (y eso que no llega a las tres semanas y media de trabajo). Sí, hay Gallardismo puro en Arabia y en este Mundial de Clubes...