"28 de abril de 2022, estuve a punto de saltar del balcón del piso 26 y quitarme la vida". Así, con esa crudeza y sinceridad, la ex tenista australiana Jelena Dokic confesó el martirio que vivió en los últimos meses y que casi tuvo un desenlace fatal.

La brutal revelación la hizo este lunes con un largo posteo en su cuenta oficial de Instagram, donde la ganadora de diez títulos WTA en el circuito profesional (se retiró en 2014) justificó que lo contaba porque sabe que no es la "única que está luchando".

No es la primera vez que la semifinalista de Wimbledon 2000 se refiere a este tema. Afectada por la violenta relación con su padre, ya había dicho en octubre de 2021, aprovechando el Día Mundial de la Salud Mental, que había pensado en en el suicidio.

Del Instagram de dokic_jelena

Hay ciertos puntos de contacto entre ambos episodios: depresión y ansiedad. Aunque en su momento describió haber superado esta situación dramática, hoy vuelve a aparecer en las noticias por un nuevo problema de salud mental, que sus seguidores creían que no volvería a amenazar su vida.

Y la narración es escalofriante: "Me saqué del borde, ni siquiera sé cómo lo logré. Buscar ayuda profesional me salvó la vida. No es fácil escribir esto, pero siempre he sido abierta, honesta y vulnerable con todos vosotros y creo profundamente en el poder de compartir nuestras historias para ayudarnos mutuamente a superar las cosas".

De todos modos, en esta publicación no deja simplemente el relato del calvario que está viviendo, sino también baja un mensaje esperanzador para quienes pasan por una situación similar.

Jelena Dokic fue número 4 del mundo en 2002, pero hoy vive un drama. AP/Denis Poroy.

"No te avergüences de lo que sientes. Está bien sentirse triste, pero hay que seguir luchando y volver. Está bien sentirse así y se puede volver de ello. Es posible, sólo hay que seguir luchando y volver", reza la parte final de su comunicado.

Y en relación a su caso personal también planteó un escenario optimista. "Algunos días son mejores que otros y a veces doy un paso adelante y luego un paso atrás, pero estoy luchando y creo que puedo superar esto", describió, a corazón abierto.

La turbulenta vida de Jelena Dokic

Jelena Dokic nació el 12 de abril de 1983 en Osijek, Croacia, pero en 1991, como consecuencia de la Guerra de los Balcanes, sus padres emigraron a Serbia y luego se asentaron en Australia.

Allí empuñó por primera vez una raqueta y, aprovechando que el gobierno australiano se decidió a promover a jóvenes deportistas debido a la cercanía de los Juegos Olímpicos de Sidney, empezó a desarrollarse en el tenis y tuvo un prometedor comienzo.

Fue número 1 del mundo junior en 1998, mismo año en que ganó el US Open juvenil en singles y Roland Garros en dobles junto a Kim Clijsters, lo que llevó a que Tennis Australia la reclutara para darle forma a un talento en potencia.

Jelena Dokic durante la premiación del US Open Junior 1998.

Todo aquello que insinuaba se empezó a confirmar también a nivel profesional. En Wimbledon 1999, a sus 16 años y salida de la qualy, le ganó 6-2 y 6-0 a la suiza Martina Hingis, primera preclasificada, y dejó también en el camino a otra top ten como la francesa Mary Pierce antes de caer en cuartos de final frente a Alexandra Stevenson. Continuó con su ascenso y en 2002 llegó a ser número 4 del mundo, su mejor ranking histórico.

Sin embargo, pronto salieron a la luz problemas de larga data con su padre, Damir, que interrumpieron su crecimiento. "Él me golpeaba realmente fuerte. Empezó desde el primer día que jugué al tenis y luego se salió de control", relató la tenista en su autobiografía Unbreakable.

Contó que su padre le escupía en la cara, le tiraba de los pelos y que llegó a pegarle hasta dejarla inconsciente. Como consecuencia de esto, lógicamente, su carrera no terminó siendo todo lo brillante que se esperaba y se retiró a los 29 años.​

Las sospechas sobre Damir comenzaron en el US Open 2000, al que Dokic llegaba como una de las principales atracciones tras ser semifinalista de Wimbledon. En pleno partido, borracho, insultó a su hija y cuando lo echaban del estadio le rompió el celular a un periodista británico. Tiempo después fue condenado a prisión por amenazas y posesión ilegal de armas. 

Damir Dokic, padre de Jelena y protagonista de un sinfín de escándalos en el circuito WTA. AFP/STR.

Tiempo después Dokic recordó aquellos episodios a través de su cuenta de Instagram, acompañado de una imagen suya durante una conferencia de prensa: "Esta foto me trae mucha tristeza y dolor y fue tomada durante un periodo de mi vida en el que estaba experimentando depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático. Solo unos años después casi terminé con mi vida".

Todo lo acumulado se vio reflejado en su cuerpo. Encontró en la comida la manera de ocultar su sufrimiento y llegó a pesar 120 kilos. Un importante llamado de atención al que supo reaccionar. En 11 meses bajó 57 kilos.

"No era saludable, pero lo que era más importante, era muy infeliz y no tenía confianza en mí misma. No quería salir de casa e, incluso, rechacé oportunidades de trabajo porque era muy insegura e infeliz", explicó a The Sun.

El sorprendente cambio físico de Jelena Dokic.

Parecía empezar a encontrar la felicidad que llevaba años buscando, pero, más que eso, está inmersa en una enorme inestabilidad. Este lunes volvió a abrirse a través de sus redes sociales y detalló una nueva situación dramática que la vuelve a torturar. Y el relato es estremecedor.

La carta completa:

"28.04.2022. Casi salto desde el balcón de mi 26º piso y me quité la vida.
Nunca olvidaré ese día.
Todo está borroso. Todo es oscuro.
No hay tono, no hay imagen, nada tiene sentido: sólo lágrimas, tristeza, depresión, ansiedad y dolor.

Los últimos seis meses han sido duros.
Desde esconderme en el baño cuando estoy en el trabajo para limpiar mis lágrimas para que nadie las vea hasta el llanto imparable en casa entre mis cuatro paredes ha sido insoportable. Los sentimientos constantes de tristeza y dolor no desaparecen y mi vida se ha destrozado.

Me culpo, creo que no soy digna de amar y tengo miedo.
También sé que todavía tengo muchas cosas por las que estar agradecida y entonces empiezo a odiarme porque al sentirme así siento que no estoy agradecida porque no debo estarlo ya que quiero acabar con todo.

Es un círculo vicioso en mi cabeza.
El resultado: casi salto del balcón de mi piso 26 el 28 de abril.
Nunca olvidaré ese día, sólo quería que el dolor y el sufrimiento terminaran.

Me saqué del borde, ni siquiera sé cómo lo logré. Buscar ayuda profesional me salvó la vida.
No es fácil escribir esto, pero siempre he sido abierta, honesta y vulnerable con todos vosotros y creo profundamente en el poder de compartir nuestras historias para ayudarnos mutuamente a superar las cosas.

Escribo esto porque sé que no soy la única que está luchando.
Sepan que no están solos.
Algunos días son mejores que otros y a veces doy un paso adelante y luego un paso atrás, pero estoy luchando y creo que puedo superar esto.

Creo en lo siguiente: Está bien sentir lo que estoy sintiendo.
Está bien sentirse triste, pero hay que seguir luchando y volver.
Eso es lo que intento hacer y lo que me hace seguir adelante.
No te avergüences de lo que sientes.

Está bien sentirse así y se puede volver de ello. Es posible, sólo hay que seguir creyendo.
Los quiero a todos y aquí está la lucha y la supervivencia para vivir y ver otro día.
Volveré más fuerte que nunca".

Fuente: Clarín