No era para terminar así. No era, al menos, para que Boca lo perdiera. Quizás, tampoco hizo méritos para ganarlo. Pero en definitiva, la tercera derrota consecutiva de local (y en el torneo) golpeó muy fuerte otra vez. Ahora, el mazazo fue de Estudiantes. Y fue, para colmo, de un hijo de la casa: Mauro Boselli, con una gran tijera, marcó el 1-0 final. Todo un puñal por la espalda, al fin de cuentas, que nuevamente hizo estallar a la Bombonera con silbidos para los jugadores (ahora, con el cambio de técnico, los apuntados) y el hiriente "Movete, Boca, movete...".

Almirón todavía no le pudo cambiar la cara a este duro momento. Dos partidos, dos derrotas (ésta, en su primera vez en la Bombonera). Y una racha, la de local, donde el DT quería volver a pisar fuerte, que no se daba desde el 71 (pasaron 52 años). Peor escenario, imposible, porque encima de las cinco derrotas en los últimos seis partidos en el torneo, los 13 de diferencia que le sacó River en el campeonato podrían aumentar todavía más.

Todo indica que lo único que le quedará a Boca, ahora, es la Libertadores. Su gente, entre silbidos, ya se lo marcó. "Que este martes cueste lo que cueste...", pidió ganar en el final. Pero al equipo hoy le falta tiempo (y le sobran errores individuales) como para afrontar esos 12 partidos de Copa que aspira a jugar Riquelme, como deseó el vice en estas horas.

Qué le faltó esta vez

De todos modos, si el equipo de Almirón no mereció todo este combo fatal, con un nuevo apuntado por la tribuna (ahora, los silbidos individuales se los llevó Roncaglia, como antes habían sido Pol y Villa), fue porque en varios momentos tuvo el partido para ganarlo. Le faltó consistencia, eso sí. Mejor funcionamiento. Y definición, por supuesto. Pero desde el final del primer tiempo hasta los 25 minutos del segundo, lo tuvo en la mano. Acorraló a Estudiantes, lo sometió, pero no pudo exigir a Andújar. No lo quebró.

Las más claras las tuvo en el final del primer tiempo. Una ráfaga a cargo de Merentiel. La primera fue un remate desde afuera del área que se fue apenas desviado y la segunda un cabezazo tras un tiro libre de Romero que el arquero visitante pudo controlar. Después, le costó hacer pie en el área rival.

El gol de Boselli para el triunfo de Estudiantes ante Boca

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Incluso, con el ingreso de Villa y de Medina por Merentiel y Equi Fernández, el local pareció tener ese golpe de efecto que necesitaba para pegar la piña de nocaut. Subió en intensidad, tuvo más movilidad, creció en decisión para ir, pero chocó contra su propia impotencia cada vez que pisó el área. Y como lo que no mata, fortalece, Estudiantes empezó a resurgir, a salir de ese agobio y a sentirse más cómodo. Y ahí llegó el mazazo de Boselli. Inesperado. Pero letal. Para darle una victoria al Pincha en la Bombonera, que no conseguía desde hacía 15 años.

BOCA JUNIORS - 16-4-2023

Estudiantes reclamó penal por una mano de Roncaglia

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Ni el ingreso de Zeballos, tras dos meses afuera por su lesión en la rodilla, para jugar de extremo como Villa, pudo cambiar la historia. Boca se acostumbró a perder, justamente un estado que el club no permite. Está lejísimo en la pelea del campeonato y ahora le sumó presión a la presión copera. La gente se lo hizo saber. Una vez más...