En Boca también tienen motivo para golpearse la cabeza por elecciones que el tiempo demostró que fueron desacertadas. Una de ellas fue la de haberle bajado el pulgar al Pity Martínez, futbolista que años más tarde se transformó en ídolo del Millonario y una verdadera pesadilla para el Xeneize.

El volante ofensivo, de 25 años, acaba de irse del conjunto de Núñez por la puerta grande, tras ser uno de los emblemas en la conquista de la Copa Libertadores 2018 y marcar el gol decisivo en la victoria por 3-1 ante Boca en el Santiago Bernabéu. Antes, ya le había convertido tantos importantes al rival de toda la vida.

De chico, Martínez se fue a probar en el conjunto de la Ribera. Goyo Carrizo, integrante del mítico equipo de Cebollitas y devenido con el tiempo en "cazador de talentos", fue a Mendoza a probar juveniles y quedó sorprendido con el Pity. "Era chiquito, jorobadito, no se movía, estaba al lado mío. Lo llamé y le dije: ‘¿Vos querés ir a Buenos Aires? Movete un poquito, entonces, que te quiero ver’. Tocó dos pelotas y dije: ‘Este pibe es un crack’ ", reveló Carrizo en una entrevista con El Gráfico.

"Lo traje, y como tenía mucho contacto con Griffa y Maddoni, porque mi hijo estaba en Boca, se probó en Casa Amarilla”, continuó. Pero Ramón Maddoni fue tajante: “Me dijo 'es buen jugador, pero muy chiquito y Boca no espera'". Era 2005, y con 12 años, Pity Martínez se había quedado sin la chance de ir a un club grande.

Este no fue el único que lo rechazó: Racing, Independiente, Banfield y Lanús, hicieron lo propio. Hasta que fue Huracán el equipo club que le abrió las puertas a este zurdo habilidoso. Y años más tarde, cuando ya era una de las figuras del plantel profesional, River rompió el chanchito e hizo una apuesta que le salió redonda.


Fuente: TN - Toda Pasión