"Tienen la camiseta de Argentina... pero no son argentinos".

La primera semana de cobertura televisiva en el Mundial de Qatar 2022 dio cuenta de un fenómeno que se repitió por todos lados: esa multitud de hinchas llegados desde la India, Bangladesh, Nepal y otras naciones cercanas, fanáticos de la Selección Argentina y de Lionel Messi, dispuestos a alentar a la Albiceleste a pesar de que no hablan ni una palabra en castellano.

Dado el episodio que se viralizó en las últimas horas, podría llegarse a una triste y temprana conclusión: esos que no son nuestros nos hacen quedar mejor que los nuestros.

Pasó en TyC Sports pero pudo darse en cualquier otra señal. Un grupito de argentinos "argentinos" prometió una canción original para alentar al equipo de Scaloni. Pero lo que siguió en realidad fue un cantito contra la Selección de Francia y Kylian Mbappé, con una letra que da vergüenza ajena, al menos para quienes tratan (y tratamos) de pensar en un mundo más inclusivo, menos violento y fraternal.

"Juegan en Francia pero son todos de Angola. Qué lindo es, van a correr, son cometravas como el puto de Mbappé. Su vieja es nigeriana, su viejo camerunés, pero en el documento, nacionalidad: francés".

Aberrante. Bochornoso. Repudiable. Y todos los adjetivos políticamente correctos que quieran agregarse. Pero seamos sinceros, para nada inesperado.

Hace cuatro años, otra sarta de vivos que gastaron un dineral para cruzar al otro lado del mundo se hicieron famosos por algo parecido. Fue en Rusia 2018, y la "gracia" era fotografiarse con chicas rusas y hacer gestitos soeces. Misoginia, otro orgullo nacional.

"Noooo, no la banco", alcanzó a decir el cronista de TyC Sports, Matías Pelliccioni, el mismo que haciendo ese jueguito periodístico logró dar con el emocionante hit que habla de Messi, Maradona y las Malvinas, y que se convirtió en un himno de la Selección en Qatar.

Se afirma ligeramente que en la Argentina no hay racismo, que somos una sociedad joven, forjada en la integración de distintos pueblos y sin odios; que no hay homofobia, que estamos avanzados en leyes y símbolos del colectivo LGBTIQ+. Sin ir más lejos, hace poco se distribuyó un manual confeccionado por el INADI para cuidar la comunicación en Medio Oriente.

Todo sarasa, como decimos por estos pagos.

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