Johnson & Johnson anunció durante la semana que la vacuna contra el coronavirus producida por la misma compañía tiene una efectividad general del 85% para prevenir casos severos de la enfermedad que mantiene la situación pandémica. De todas formas también dejó en claro que no resulta tan eficaz contras las nuevas variantes encontradas en Sudáfrica, Brasil y Gran Bretaña, donde solo mostró un 57% de su capacidad en la lucha contra el virus.

A su vez es importante destacar que, según The New York Times y Washington Post, que tiene una eficacia del 72% en Estados Unidos y del 66% en otros ensayos globales. Los datos reunidos muestran una eficacia del 85% para prevenir la hospitalización en todas las geografías y contra variantes tras 28 días de la aplicación.

Según informó, a través de un comunicado el director científico de la compañía, Paul Stoffels, el nivel de prevención "protegerá potencialmente a cientos de millones de personas de los resultados graves y fatales del Covid-19". Tras la publicación de los resultados, deberán pedir la autorización de emergencia para su inmunizante de una dosis. Si se logra, será la tercera vacuna autorizada en territorio estadounidense.

 

A su vez, desde la empresa dejaron en claro que "en términos de suministro" se encuentran "muy confiados y en camino para cumplir" con la producción necesaria de vacunas en los tiempos que corren. Estiman la producción de 100 millones de dosis para Estados Unidos antes de junio y unas 200 millones de dosis antes de fin de año para la Unión Europea. Otras 200 millones serán destinadas para países en desarrollo, después de la segunda mitad del año.

¿Cuál es su composición?

La vacuna de J&J, al igual que la de los laboratorios Pfizer y Moderna, envía instrucciones genéticas a las células humanas para así crear una proteína específica contra el COVID-19 y así entrar al sistema inmunológico cuando este tome contacto con el virus vivo. Las vacunas de las empresas estadounidenses utilizan moléculas de ARN monocatenario mientras que esta despliega un ADN de doble cadena que se convierte en ARN dentro de las células humanas.

Este ADN lleva una versión modificada y no replicada de una gripe común que causa adenovirus. Este virus actúa como vehículo para así entregar carga genética en el núcleo de las células humanas. AstraZeneca, Sputnik V y CanSino tienen una técnica similar conocida como "vacunas de vector adenoviral".

Fuente: El Destape