Francis Goncalves, un chef de Cardiff, la capital de Gales, reveló este lunes que perdió a sus padres y a su hermano en el lapso de una semana debido a las complicaciones por Covid-19. Ninguno de los tres pacientes quiso darse la vacuna contra el coronavirus porque tenían miedo de qué podría pasarles.

Goncalves explicó que sus padres, Basil y Charmagne, y su hermano, Saul, "quedaron enredados en mucha de la propaganda antivacunas", según el sitio británico The Guardian.

Basil, un portugués de 73 años, se habría contagiado el coronavirus cuando estaba en el hospital pero Charmagne, de 65, y Saul, de 40, fueron infectados en una cena familiar en Portugal.

La propaganda antivacunas "se aprovecha de la gente que está asustada y la hacen caer en la trampa", subrayó Goncalves, que nació en Sudáfrica, se mudó con su familia a Cardiff y luego se quedó en Gales mientras el resto partía a la capital de Portugal.

"El mensaje que quiero dar es, ¿por qué el Gobierno querría lastimarte dándote una vacuna? ¿Cuál es el propósito detrás de eso? Hablé con tantas personas que están aterradas de darse la vacuna y eso cuesta vidas", expresó.

A Goncalves, de 43 años, la campaña del miedo a la vacuna contra el coronavirus le costó su familia, desde sus padres con "enfermedades previas" hasta su hermano de 40 años, que era "un hombre sano" y su "mejor amigo".

Saul "no hacía ejercicio en el gimnasio o salía a correr, caminaba. No había tomado alcohol en 15 años y mantenía una dieta basada en plantas", recordó Goncalves. Para él, su hermano podría haber superado el cuadro de Covid-19 gracias a su buen estado físico si hubiese tenido la protección extra de la vacuna contra el coronavirus.

Sin la debida inmunización, el hombre fue blanco fácil en un momento en que Portugal y el resto de Europa lidian con la cepa Delta del coronavirus.

La secuencia empezó con una cena familiar tras la cual Saul empezó a sentir pesado y cansado. Ambos fallecieron en cuestión de días, antes de que Goncalves pudiese llegar a Portugal.

Para cuando Goncalves pisó su país, su madre ya estaba en un coma inducido, peleando por su vida. "Me dejaron entrar a verla, lo que ya era una señal de que las cosas no iban bien", recordó.

La mujer murió días más tarde y los tres fueron enterrados en un cementerio de Lisboa, con los protocolos vigentes.

Fuente: M1