En el marco de una situación general de mejora de todos los indicadores sanitarios a nivel país por el férreo avance de la campaña de vacunación, Santa Fe registra desde hace 14 días una baja sostenida de contagios y de ocupación de camas críticas. En el sector público, la ocupación total en terapia es del 60% promedio entre todas las regiones (en Reconquista es del 40%, del 82% en Santa Fe y 60% en Venado Tuerto) y solo el 21% corresponde a pacientes con COVID-19. Sin embargo, un dato del Ministerio de Salud provincial genera alarma y a su vez refleja la efectividad de la vacuna: 8 de cada 10 personas que llegan a esa situación no están vacunadas. En tanto, el 19,05% tiene una sola dosis, y solo un 0,95%, un porcentaje casi despreciable, tiene las dos dosis.

"Esto habla de la efectividad de las vacunas y lo bueno que es inocularse. No importa la marca, sino que todas funcionan, porque la mayor cantidad de gente que está en terapia intensiva, al no estar protegida, ha padecido las grandes consecuencias de la enfermedad", apuntó a El Destape Rodrigo Mediavilla, director del Tercer Nivel de Salud de la provincia. En tanto y respecto de los casos en los que aún vacuna mediante la situación del cuadro pudo ser grave e incluso llevar a la muerte, Mediavilla dijo que se trata de situaciones poco frecuentes, como muestran los números. "Según nuestros estudios ese 20% restante se ha contagiado en la inmediatez de la inmunización, es decir en la ventana de 20 días posteriores a la vacunación, cuando el cuerpo no ha podido generar anticuerpos. Si se vacunaron el 1 de septiembre, y se contagiaron el 7, ese organismo no ha podido todavía desarrollar las defensas", detalló Mediavilla.

El funcionario que se encarga de coordinar la tarea de los hospitales públicos explicó que el perfil de este 80% de pacientes que no se inocularon por diversas razones y hoy permanecen internados en cuidados críticos con coronavirus es de personas de mediana edad, la mayoría con comorbilidades como diabetes, hipertensión, obesidad, problemas cardiovasculares o respiratorios crónicos. Desde el ámbito privado contestaron a El Destape que un análisis de datos para saber cuántos de los más de 600 internados en cuidados críticos en esta segunda ola tenían vacuna, si era una o dos dosis, si la tenía colocada al menos 15 días antes de la infección, qué tipo de vacuna era, edad, sexo, comorbilidades, si murió o no, si lo hizo por COVID o por complicaciones y sobre infecciones, si tuvo secuelas y de qué tipo, requiere mucho tiempo y búsqueda y aún no la han encarado.

Sobre las causas, hoy no hay estadísticas oficiales y la situación está siendo analizada con preocupación por los equipos de Salud, pero entre los pacientes que pudieron manifestarlo (o sus familiares) no son pocos los que han admitido que eligieron no vacunarse por temor o desconfianza. De allí que las autoridades insistan con fuerza en la necesidad de hacerlo, más allá de que la vacuna contra el COVID-19 no forma parte del calendario obligatorio. Hay otros, un grupo pequeño, que aún no recibió ni siquiera una dosis y podría haber tenido dificultades para registrarse, y el resto sobre el que estos motivos permanecen aún en el misterio.

Los que decidieron conscientemente no vacunarse forman parte de una porción pequeña de la sociedad, pero no solo representan un peligro para su propia salud sino para la situación colectiva, lo que genera cierta preocupación en Salud: “Desde un punto de vista personal, considero que no vacunarse por algún tipo de ideología es un acto de egoísmo e irresponsabilidad ciudadana, porque yo puedo no tenerle miedo a la enfermedad, pero puedo contagiar a un padre, un abuelo u otro familiar que tenga comorbilidades y sin dudas tendrán que padecer las consecuencias graves del virus”, apuntó Mediavilla.

Los santafesinos han demostrado una alta aceptación a la vacuna desde el comienzo de la campaña, en el marco de una histórica cultura de arraigo a ese modo de prevención. Según indican desde la cartera sanitaria, el nivel de adhesión en Santa Fe es el más alto del país: el 90% de los mayores de 18 años ya se registraron, y la campaña avanza colocando ya segundas dosis de Sinopharm, Moderna y AstraZeneca.

De los inscriptos, es decir la población vacunable, el 60% ya tiene las dos dosis. De la población total, el 42% recibió el esquema completo. El mes pasado se colocaron un millón de dosis en todo el territorio santafesino, y la semana pasada se dieron 300 mil turnos, a razón de más de 50 mil turnos por día. Este mes, esperan superar los dos millones de dosis. 

Santa Fe: vacuna a menores contra el COVID-19

Con la llegada de la circulación de la cepa Delta en ciernes y la vuelta de la presencialidad escolar como posibles catalizadores de ansiedad en padres y chicos, en la provincia de Santa Fe ya se anotaron 227.520 menores de 12 a 17 años para vacunarse. De ellos, los que tienen factores de riesgo, que empezaron hace un mes a inocularse con Moderna, son 29.104, que la semana pasada ya comenzaron a recibir la segunda aplicación.

Se calcula que en Santa Fe la población objetivo es de 300 mil jóvenes en ese rango etario, lo que quiere decir que un 10 por ciento de esa población ya está cubierta con al menos una dosis. El número de los que están inscriptos representa un 76 por ciento del total y no es nada desdeñable, teniendo en cuenta que todavía no se está vacunando a ese grupo porque las vacunas Pfizer que se utilizará recién llegaron al país, y estarían arribando a la provincia en los próximos días.

Más allá de que los santafesinos han demostrado una alta aceptación a la vacuna desde el comienzo de la campaña, en el marco de una histórica cultura de arraigo a ese modo de prevención, podría especularse que el inicio de las clases con presencialidad plena y sin burbujas, más la inminente circulación comunitaria de la variante Delta, son seguramente dos circunstancias que aceleraron la inscripción por parte de chicos y padres.

Fuente: El Destape