Un grupo de jóvenes estudiantes de la universidad de Rosario, agrupados bajo el nombre de Inventu Ingeniería, están terminando el prototipo de un respirador artificial de “bajo costo, específico para COVID-19 y que podrá fabricarse en escala”.

«La Sociedad Argentina de Terapia Intensiva recomendó tener dos elementos fundamentales en cada terapia: respiradores artificiales y materiales descartables para el paciente. La experiencia de España e Italia demostró que uno de los puntos débiles de los sistemas de salud es la falta de camas de terapia intensiva y de equipos de respiración asistida para tratar a los contagiados que desarrollan enfermedades pulmonares severas” afirmaron los desarerolladores del prototipo.

Simón Carpman, ingeniero mecánico nacido en Rosario de 34 año de la inicaitiva pero destaca que «somoe todo un equipo. Para hacer justicia, hay que nombrarlos a todos: Darío Fernández (Ingeniero Eléctrico) Nicolás Amaro (Diseñador Industrial) Juan Alvarez (Ingeniero Electrónico), Ana Lombard (Diseñadora Industrial), Mariano Sáez (Ingeniero Mecánico), Albano Carle (Gerente) Ciro Civria (Técnico) Leonardo Contreras (Ingeniero Electrónico) Facundo Villegas (Técnico) José Verdini (Técnico), Germán Campero (Ingeniero Mecánico) y Roberto Bisso (Proyectos de Ciudades).

«Arrancamos hace dos semanas. Vimos el faltante de equipos médicos, y empezamos a ver cómo podíamos fabricar respiradores. Dijimos ‘¿qué pasa si los podemos fabricar con componentes industriales standard, que abundan, de los que hoy hay más disponibilidad todavía por el hecho que la industria, en general, está parada’? contó Carpman.

«Si bien hay algunas que están súper desbordadas, como la médica, hay un montón como petroquímica, metalmecánica, agroindustria, transporte, por ejemplo, donde se consiguen componentes fácilmente. Entonces, pensamos en hacer el respirador con los componentes que sobran en el mundo, y no con los que faltan, así lo podríamos replicar» detalló.

«Hoy el problema para fabricar un equipo no es la mano de obra ni la capacidad productiva de la fábrica, sino determinados componentes que están saturados y se necesitan para, por ejemplo, medir el flujo de aire lento y a bajo caudal» indicó el jóven estudiante.

Tras destacar que el costo de producción está muy por debajo del de mercado, Carpman señaló que «nosotros estamos corriendo contra reloj, sin parar. Acabamos de terminar las pruebas y arrancamos de inmediato porque queremos tener el prototipo en estos días. Tenemos conferencias con Arsat, con Fabricaciones Militares, estamos contactando a la industria local. Todo esto, claro, debe tener la aprobación de ANMAT. Estamos tratando de llegar más rápido que el coronavirus, así que todo esto puede estar en una semana» añadió.

Fuente: Portal de Noticias