Entonces había 90 casos confirmados, la Consejería de Sanidad enviaba casi a diario una actualización de la situación y aún no se había impuesto, ni la población esperaba, el estado de alarma. Aquel día comenzó la peor contabilidad de la pandemia, la de los muertos. No ha frenado hasta hoy: este domingo 28 de junio es la primera jornada en la que Madrid no notifica ningún fallecido el día anterior, aunque es probable que ese contador ―que ya alcanza los 9.189 fallecidos en hospitales, a los que se suman 5.887 en centros sociosanitarios (como residencias), 910 en domicilios y 28 en otros lugares, como la vía pública― crezca todavía, según evolucionen, entre otros, los 69 pacientes que todavía quedan en las unidades de críticos de los hospitales madrileños, según el balance del viernes hecho público el sábado. 

El anuncio del primer día sin muertos por covid lo ha hecho esta mañana Isabel Díaz Ayuso. “Grandes noticias: ayer fue el primer día que Madrid no registra fallecidos por covid. Entre todos podemos conseguir que esta pesadilla no se repita”, ha tuiteado la presidenta de Madrid. “Nosotros reportamos cada día [al Ministerio de Sanidad] las cifras del día anterior de fallecidos con PCR o diagnóstico clínico confirmado y este domingo no hemos reportado ninguna”, ha confirmado poco después un portavoz de la consejería a este diario. Sin embargo, es difícil saber a ciencia cierta si el sábado fue el primer día sin fallecidos por covid en la región, ya que en ocasiones las notificaciones de la fecha de defunción tardan más de un día, por lo que habrá que esperar unos días para confirmarlo (o desmentirlo). El sábado, Madrid había sumado dos muertes por el coronavirus y 45 contagios del viernes.

La primera víctima mortal de la covid en Madrid fue una mujer de 99 años, con patologías previas, interna en la residencia de mayores de La Paz, donde se registraron otros 12 casos positivos —11 internos y una auxiliar de enfermería— además de esta anciana a la que se detectó la presencia del virus en la necropsia. España, aquella lejana semana del 5 de marzo, la de la primera muerte en Madrid, registraba 237 casos y tres fallecidos, uno en la Comunidad Valenciana, otro en el País Vasco y el tercero en Madrid.

El telón sobre las residencias

Las residencias, sobre todo, han supuesto uno de los agujeros negros en esta crisis no solo en la gestión y la asistencia, sino también en los datos, tanto de contagios como de fallecimientos, dos cifras que nunca se han conocido con transparencia y que no se han incluido en la estadística que diariamente —a partir de que el Ministerio de Sanidad aglutinara el conjunto de datos tras la declaración del Estado de Alarma el 14 de marzo— el Gobierno de Ayuso envía a Sanidad. Solo incluyen los fallecidos en hospitales.

Hasta finales de abril y desde el 15 de marzo, además, la Consejería de Sanidad se mantuvo en silencio. No solo no ofrecía datos, sino que tampoco respondía en la mayoría de ocasiones a las peticiones expresas sobre esas cifras. Algo que empeoró cuando, el 27 de marzo, Díaz Ayuso retiró el control de las residencias a Alberto Reyero, consejero de Políticas Sociales, y se lo entregó a Enrique Ruiz Escudero, de Sanidad. Poco después, el ministerio pidió a las comunidades autónomas que reportaran dos veces a la semana el total de muertes con PCR confirmada o síntomas compatibles.

El 22 de abril, el Gobierno regional empezó a colgar un reporte diario en su web. Aquel miércoles, ese primer informe registraba 11.852 fallecidos en la tabla de datos de sanidad mortuoria —fallecidos con sospecha o con confirmación de covid-19 según certificado de defunción—: 7.144 en hospitales, 761 en domicilios, 3.932 en centros sociosanitarios y 15 en “otros lugares”, que nunca se ha conocido cuáles son.

Para entonces, la velocidad que había cogido el coronavirus a principios de marzo ya había dado los peores embates: el 31 de marzo habían fallecido 3.603 personas [siempre en hospitales, que es el número oficial de la Comunidad], en abril lo hicieron otras 4.573 personas. A mayo, Madrid entró con 8.222 muertos.

El agujero de los datos

Los datos, aunque son los de las estadísticas oficiales de la Consejería de Sanidad de Madrid y del Ministerio de Sanidad, ni coinciden ni lo han hecho nunca, tampoco con los contagios. Fernando Simón, director del Centro de Control de Alertas y Emergencias Sanitarias, ha aludido en repetidas ocasiones que los números con los que se maneja Salud Pública son los que envían las autonomías y ha reconocido, y explicado, que los datos no eran un reflejo exacto de lo que estaba ocurriendo, por las diferencias en la recopilación de cada territorio y por los retrasos en las notificaciones.

El 7 de junio, el ministerio dejó de actualizar la tabla de fallecimientos a la espera de recopilar datos más sólidos por parte de las regiones; se volvió a reiniciar ese conteo el 19. Entonces, la Comunidad registró 9.169 en hospitales y 15.060 en el apartado de sanidad mortuoria; según el ministerio, la cifra de Madrid bajó de los 8.691, en los que quedó congelada, a 8.416.

Aun así, el pasado viernes, Simón admitió que las cifras todavía estaban lejos de las 43.000 muertes de más a nivel nacional que el sistema de medición de mortalidad Momo del Instituto de Salud Carlos III recoge. Y no descartó que cuando el Instituto Nacional de Estadística termine de elaborar la estadística de fallecimientos según las causas (el año que viene) el número vuelva a crecer. La consejería, por su parte, cuando ha respondido a las preguntas de este diario, lo ha hecho remitiéndose de nuevo a las mismas cifras que ya publica, sin más detalle.

Por todo ello, algunas fechas y cifras que habían quedado como hitos no son tales. Por ejemplo, el primer día que no se registraron fallecidos desde el comienzo de la pandemia fue el 16 de marzo [tanto el día de antes como ese la cifra fue de 213], pero no era real, hubo un decalaje en la notificación. Y lo mismo sucedió del 27 al 28 de mayo, que fueron las 24 horas en las que hubo más víctimas en números absolutos, 345: solo fueron las que se comunicaron aquel día. Ahora, queda esperar a que la Comunidad invierta tiempo, personal y recursos para revisar y validar todas esas cifras, que no son sino personas que han muerto por un virus que vapuleó a Madrid como a ningún otro territorio.

Fuente: El País