Mientras Hugo Tomei, el abogado defensor de los ocho imputados como co-autores del crimen de Fernando Báez Sosa, espera que la justicia se expida en relación a la recusación de la fiscal Zamboni y su pedido de arresto domiciliario con monitoreo electrónico para los detenidos en el Penal Número 6 de Dolores, en las últimas horas los canales de televisión se hicieron eco del entramado familiar que explicaría, en parte, el pacto de silencio que mantienen el grupo de rugbiers.

Es que además de los lazos de amistad y los códigos de lealtad que rigen las relaciones entre los involucrados en el asesinato de Báez Sosa, las conexiones familiares también juegan un papel importante en la actitud de los rugbiers. Al conocido vínculo entre los Pertossi, hay que sumarle el que Alejo Milanesi (20) y Blas Cinalli (18) tienen con quienes comparten apellido, a través de sus madres.

Ciro Pertossi (19), uno de los más complicados en la causa, es hermano Luciano Pertossi (18). Ambos son primos de Lucas Pertossi (21), quien en la previa del viaje a Villa Gesell anunció en sus redes sociales: “No falta nada para irnos a Gesell con los pibes, romper lo que nos faltó el año pasado”. Lucas Pertossi fue quien grabó en HD la golpiza mortal y luego alertó al resto de los rugbiers por la muerte de Báez Sosa con el famoso mensaje de Whatsapp que decía "caducó".

En enero del 2019, Lucas Pertossi golpeó a otro joven que terminó en la guardia de un hospital de Zárate. Lo hizo junto a Alejo Milanesi, primo de los hermanos Ciro y Luciano Pertossi, dado que sus respectivas madres son hermanas.

Milanesi, quien aparece en el video de la pelea en Zárate con el torso desnudo, persiguiendo y golpeando a la víctima, fue liberado hace más de diez días junto a Juan Pedro Guarino (19), debido a que no fueron identificados en el lugar de la agresión a Báez Sosa, tanto por los testigos en rondas de reconocimiento como en las cámaras de seguridad. Sin embargo, ambos sigue acusados de ser partícipes necesarios.

Por otro lado, Blas Cinalli es primo de Lucas Pertossi, ya que, al igual que en el caso anterior, sus madres son hermanas.

El resto de las conexiones de los rugbiers involucrados en el crimen de Fernando Báez Sosa se da por relaciones de amistad o porque iban al Club Náutico Arsenal de Zárate, donde jugaban al rugby. Sin embargo, el vínculo familiar que comparten buena parte de ellos, es un elemento clave para entender el pacto de silencio, más allá de los códigos de compañerismo y amistad,y la estrategia judicial. También estaría relacionada con la decisión de la defensa en bloque que encabeza Hugo Tomei.

El jueves pasado Juan Pedro Guarino le dijo a la fiscal Verónica Zamboni que quería declarar pero que no lo dejaban. "Quiero declarar, quiero contar todo lo que sé", dijo luego de preguntar si volvería a estar preso y de quebrar en llanto.

Inmediatamente, su abogado Hugo Tomei, quien se encontraba a su lado, lo frenó y señaló que no estaban dadas las garantías. De ahí que las actas den cuenta que tanto Guarino, como Milanesi, quien también se presentó ante la fiscal ese día, se negaron a declarar de modo oficial.

La defensa en bloque se mantiene desde el 18 de enero en el que los diez imputados fueron detenidos en la casa que alquilaban en Villa Gesell. De acuerdo a lo consignado por el diario Crónica, sólo dos familias pagaron el anticipo del costo judicial: 300 mil dólares; 200 mil fueron pagos por el padre de Máximo Thomsen y el resto se completó con la entrega de una propiedad.

Fuente: www.lmneuquen.com

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